LA BANDERA DE LA HISPANIDAD (I)

Toda nación está representada por una bandera, un símbolo con la finalidad de identificar a un pueblo. A lo largo de la historia de la Hispanidad hubo diferentes emblemas con dicho propósito, no obstante sólo existe una bandera que oficialmente haya representado a todo el conjunto del pueblo hispánico.

La única bandera que ha tenido el privilegio de representar a toda la Hispanidad es la Cruz de Borgoña, la cual la convierte en el símbolo hispánico por excelencia. La historia de cómo esta bandera llegó a representar a la Hispanidad es singular. La Cruz de Borgoña tiene su origen en el martirio de San Andrés. Este apóstol fue crucificado en Patras (Grecia) por difundir el cristianismo durante la época en la que Nerón dirigía el Imperio Romano. La peculiaridad de su martirio fue la utilización de una cruz en forma de aspa. Esta cruz se convirtió con el paso del tiempo en el símbolo que identifica a San Andrés.

San Andrés era el patrón de la Casa de Borgoña, concretamente la rama dinástica que gobernaba el Franco Condado de Borgoña. Felipe III de Borgoña fue quien decidió elegir dicho patronazgo cristiano con la creación de la Insigne Orden del Toisón de Oro en 1429. Desde entonces tanto los duques de Borgoña como los caballeros de esta orden adoptaron la cruz de San Andrés como símbolo en sus estandartes y vestimentas. Con el transcurso del tiempo dicha cruz acabaría adoptando el nombre de Cruz de Borgoña debido a una serie de cambios en su diseño. La principal característica que diferencia a la Cruz de Borgoña respecto a su homólogo original son los nudos de sus aspas.

Cruz de Borgoña
Cruz de Borgoña (1506)
La Cruz de Borgoña inicia su vinculación con la Hispanidad en el año 1496 después del casamiento entre Juana de Trastámara y Felipe IV de Borgoña (Felipe el Hermoso). Juana era hija de los Reyes Católicos pero se ubicaba lejos en la línea sucesoria de la dinastía real debido a sus dos hermanos mayores. No obstante tras la muerte prematura de ambos hermanos junto al único hijo de uno de ellos, fue proclamada reina bajo el nombre de Juana I de Castilla (Juana la Loca) después de la muerte de su madre el 26 de noviembre de 1504. Sin embargo debido a su inestabilidad mental, su padre siguió gobernando pese a haber sido proclamada reina. Este hecho provocó el enfado de su marido que veía anulada su posición como rey consorte. Tras largas negociaciones para llegar a un acuerdo con su suegro, Felipe IV de Borgoña es proclamado rey regente bajo el nombre de Felipe I de Castilla el 12 de julio de 1506. No obstante su reinado fue muy efímero debido a que falleció el 25 de septiembre de ese mismo año.

Así es como el primogénito de este desdichado matrimonio se convertiría en el sucesor al trono tras la muerte de su abuelo el 23 de enero de 1516. Después de un breve periodo de incertidumbre, se produce la coronación de Carlos I de España el 14 de marzo de 1516. Este monarca adoptó el emblema de su padre como símbolo, una decisión que resultaría definitiva para identificar la Cruz de Borgoña como la bandera del Imperio Español. Su hijo logró la reunificación de la Hispanidad tras su coronación como monarca de Portugal el 15 de abril de 1581. Felipe II se convertía así en el primer rey de la Monarquía Hispánica al unificar bajo su reinado a todos los territorios hispánicos. Este acontecimiento llevó a la Cruz de Borgoña a convertirse en la primera bandera en representar a toda la Hispanidad. El hecho que provocó que dicha bandera sea la única que haya representado a la Hispanidad en su conjunto es el Tratado de Lisboa de 1668 que supuso la secesión de Portugal. En definitiva no cabe duda de que la Cruz de Borgoña es la bandera que representa a la Hispanidad. Sin embargo existen otras dos banderas que merece la pena destacar por diferentes razones.

Bandera rojigualda
Bandera rojigualda (1785)
La bandera rojigualda es el actual emblema de España. Esta enseña comienza su andadura con el Real Decreto del 28 de mayo de 1785 tras una curiosa decisión de Carlos III. Este monarca quería cambiar el pabellón naval de la flota española debido a las similitudes con las banderas de otras potencias europeas que también eran de color blanco y por tanto provocaban confusiones a la hora de identificar los navíos. Así fue como organizó un concurso público donde presentar diferentes diseños que pudieran convertirse en la nueva bandera de los barcos españoles. La condición previa para que un boceto fuera seleccionado era que utilizase colores que pudieran verse a larga distancia. Se eligieron a doce finalistas para facilitar la decisión del rey. Sin embargo al monarca no le agradó ningún diseño y ordenó la modificación de uno de los bocetos finalistas. Así es como surgió la actual bandera española aunque en su etapa inicial sólo fuera utilizada por las embarcaciones militares.

Con Carlos IV se extiende su uso a plazas marítimas, castillos y defensas costeras a partir del año 1793. Con la Guerra de Independencia (1808 - 1814) comienza a utilizarse la bandera rojigualda como emblema nacional debido al caos provocado por la invasión napoleónica. Bastantes marinos se unen a las tropas terrestres trayendo consigo este emblema. Posteriormente grupos de voluntarios comienzan a crear milicias portando la bandera rojigualda como símbolo nacional. Las improvisadas milicias se constituyen formalmente con la carta magna de 1812 y mantienen su enseña ya que había sido adoptada oficialmente por las Cortes de Cádiz.

Finalizada la Guerra de Independencia, la bandera rojigualda se identifica como el emblema nacional pues además representaba cierta connotación liberal tras la caída del Antiguo Régimen. Debido a ello, Isabel II firma el Real Decreto del 13 de octubre de 1843 donde se adopta oficialmente la enseña rojigualda como bandera de España. A pesar de que este emblema representa actualmente a España, también fue utilizada en los cuatro virreinatos americanos. También fue usada por algunas tropas realistas como estandarte español durante las guerras de independencia hispanoamericanas. Sin embargo es obvio que la bandera rojigualda no llegó a consolidarse como bandera de la Hispanidad pues además nunca representó a Portugal.

Bandera contemporánea de la Hispanidad
Bandera contemporánea de la Hispanidad (1932)
Existe una tercera bandera de más reciente creación que fue diseñada con el objetivo de representar a la Hispanidad. En el año 1932 se lanzó un concurso de carácter internacional para dotar al Día de la Hispanidad de una enseña representativa de la nación hispánica. El diseño ganador fue elaborado por el uruguayo Ángel Camblor. La bandera contemporánea de la Hispanidad está compuesta por tres cruces de color morado (que representan las tres embarcaciones de la primera expedición de Colón) sobre un fondo blanco y coronado por el sol incaico (Inti). El color blanco de la bandera representa la paz mientras que el color morado de las tres cruces se toma prestado del símbolo heráldico del Reino de León dentro de la Corona de Castilla. Este emblema fue izado por primera vez en la Plaza de la Indepedencia de Montevideo (Uruguay) el 12 de octubre de 1932. Incluso fue aceptada oficialmente como la bandera representativa de la Hispanidad por todos los países que participaron en la VII Conferencia Panamericana de 1933.

Las razones que motivaron la creación de esta bandera contemporánea fueron loables, aunque haya fracasado en su intento por convertirse en la enseña que identifique a la Hispanidad. Dicho fracaso proviene de un diseño cuestionable unido a una carencia de representatividad. Este emblema ignora los símbolos históricos que representaron a la nación hispánica. Resulta comprensible que en la actualidad la Cruz de Borgoña no represente por sí misma a la Hispanidad. Pero no obstante cualquier bandera que aspire a identificar a la Hispanidad debe incluir tanto la Cruz de Borgoña como el color rojo pues son estos dos elementos los que conforman su simbología histórica.

En mi próxima entrada expondré un par de banderas que he diseñado con el objetivo de representar de la mejor manera posible a la Hispanidad, explicando detalladamente los elementos que conforman dichas banderas junto con los motivos que me han llevado a su inclusión. Hasta entonces me despido una vez más pidiendo que os suscribáis al blog y visitéis tanto el perfil de Twitter como el canal de Youtube de Hispanoesfera. ¡Muchísimas gracias!